Durante los días de viento los caracoles permanecen encerrados en su concha, es decir, la mayor parte de este otoño e invierno han estado así. Por ello, ha sido muy difícil poder observarlos en movimiento. No podemos olvidar tampoco que son animales que no les gusta mucho el día, se mueven principalmente durante la noche.
Aprovechamos las mañanas lluviosas para poder observarlos en todo su esplendor. De todas maneras, no somos partidarios de molestarlos demasiado. Estamos dejando que sigan su propia vida a lo largo de estos meses. Esperamos poder ver pronto las crías.
Ah!, no olvidéis que les gusta mucho la lechuga, podéis traer de casa para su alimentación.
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